Dice Ramiro Valdés que la Internet es “un potro salvaje al que hay que domar” y, de este modo, se descalifica para participar en el inevitable proceso de transformaciones que habrá de experimentar la sociedad cubana en los próximos meses. Internet no es la televisión que mantuvo cautiva desde su despacho del Ministerio del Interior y las coartadas ideológicas que sustentaron su trabajo de policía desaparecieron hace 22 años en uno de los huecos ciegos de la historia. En estos tiempos de esperanzas no hay espacio para represores del pensamiento, ni para extremistas empecinados en que la información de los cubanos se reduzca a los artilugios de una guapería en la sagüesera.
Cargados de años y frustraciones ellos han hecho del embargo a Cuba la última esperanza del retorno. Son una especie en decadencia, como los comandantes de allá, y las peculiaridades de esta sociedad tecnológica en que vivimos les resultan tan ajenas que naufragan en las corrientes cibernéticas antes de echarse en ellas. Algunos han intentado aprender los derroteros de una navegación virtual que sus nietos cursan sin problema alguno, pero les fallan las brújulas y quedan al garete en cuanto sopla sobre sus entendederas un aire tan cargado de novedades que los abruma. Triunfó el pensamiento sobre la ideología, el conocimiento sobre la inexperiencia, el arte de la negociación sobre el disparo en la sien, pero ellos no han podido asimilar los rasgos de la nueva Era.
Confusos frente a los desafíos de un mundo diferente insisten en que a Cuba hay que someterla a un aislamiento total. O sea, totalitario. Y en esa tesitura hacen que los congresistas cubanos tramiten, negocien y consigan la aprobación de presupuestos millonarios para Radio y TV Martí, que sirven sólo para pagar colaboraciones inútiles porque carecen de audiencia o, simplemente, son bloqueadas por el gobierno cubano. Por inteligentes, Lincoln, Mario e Ileana lo saben perfectamente, pero en plan de complacer a la clientela que los envía a Washington marchan a la batalla cada año que pasan en la Legislatura.
Desde este plano crítico veo que la inversión del gobierno de Estados Unidos en el esfuerzo de mantener informados a los cubanos de Cuba resulta fallida por incompleta más que por falta de intenciones. ¿Cómo es posible que se asigne ese dinero para Radio y TV Martí, que se proclame a los cuatro vientos su objetivo superior de difundir la verdad informativa, y luego se aborte el propósito con las estipulaciones de una Ley imbécil que prohibe la exportación de antenas parabólicas a la Isla, a pesar de que la señal haya sido colgada de un satélite? ¿Cómo van a capturar en Cuba las emisiones de TV Martí si no es con la utilización de los equipos idóneos? Si Ramiro Valdés no quiere parabólicas en la isla hay que ingresarlas por todos los huecos posibles.
Carlos Alberto Montaner, en su carta al Herald, cuando lo sorprendieron en la nómina de TV Martí, comparó a Radio Europa Libre con las emisoras que dirige Pedro Roig, pero olvidó decir que allá los colaboradores eran disidentes y personalidades escapados del círculo de países soviéticos apenas unas horas antes, y que permanecían en la programación sólo por seis meses, luego de los cuales eran reemplazados por otros recién llegados. La efectividad de Radio y TV Martí, en caso de ser captadas en Cuba, podría ser medida por la momificación de sus colaboradores en la ventanilla de pagos. Gente desconocida para esta generación de ahora que se supone debe ser el blanco hacia donde van dirigidas las trasmisiones. Y en muchos casos también por las anteriores, porque nunca fueron algo significativo en Cuba. Montaner, ¿quién eres tú, Polly Magoo?
La penetración de Internet en Cuba ha sido lenta pero sostenible a pesar de las restricciones ordenadas por Ramiro Valdés y el entorpecimiento legal que le impone la Ley Helms-Burton. La conexión internacional es estrecha y dificultosa y en este caso no es sólo por voluntad represiva del gobierno cubano, sino por la falta de visión moderna de los sostenedores del embargo que prohíbe el enlace con el cable submarino y la exportación masiva de antenas parabólicas y computadoras a Cuba. O sea, que Ramiro Valdés pone bajo control policiaco a los cibernautas y nuestros congresistas les reducen el acceso reforzando las medidas del embargo, como se los pide un sector minoritario de sus electores.
Pero a pesar del esfuerzo conjunto de estas dos fuerzas retrógradas, los cubanos que ingresan a Internet tan regularmente como permiten los obstáculos que les imponen, pasan de los 300 mil. Se les reconoce de inmediato por sus seudónimos o por la ingenuidad que muestran en sus conversaciones. Es como un susto ante el descubrimiento de cómo se vive “allá afuera”. Los vislumbro en plan de prisioneros que consiguen mirar al exterior de la celda a través de una ventana alta y enrejada, hacia esa tierra de todos que es Internet, fundo de una democracia global absoluta.
El sector de la Informática en Cuba pasa por un período de crecimiento notable. La empresa de microchips instalada en Pinar del Río por Alemania Oriental es hoy día el escenario de una renovación tecnológica intensa a cargo de la empresa Acer de Corea del Sur. Los viejos equipos instalados por los alemanes del Este son sustituidos por otros de última generación que servirán para producir computadoras más veloces, más compactas y con más capacidad de trabajo gracias, en gran parte, al uso de tecnología norteamericana. Como lo leen, sí señores. Lo que Acer va a hacer en Cuba contiene seso yanqui.
El súper ministro cubano de la Informática está atrapado en los vericuetos de una misión exemporánea que no va a entender nunca en todo su espectro, porque no se puede crear un artefacto de avanzada y luego dedicarlo a funciones restringidas. Al final, tendrá que irse de su oficina y traspasarle el mando a alguien más joven, mejor preparado para los trabajos de este siglo. Él sólo sería capaz de fabricar un frankestein. Igual que los “embarguistas”, cuyas nostalgias combatientes se diluyen frente a http://cu.clasificados.st/, un mercado virtual donde se vende y se compra de todo. Hace poco más de un año cada una de sus secciones contaba con apenas un centenar de ofertas pero, en esta etapa de transición política, son millares. Les abrieron una ventanita a los cubanos y ellos se han asomado a respirar.
Visiten el sitio y comprueben que, para Cuba, ahora sí es cierto que ya viene llegando.
Jorge Daubar
Miami
Cargados de años y frustraciones ellos han hecho del embargo a Cuba la última esperanza del retorno. Son una especie en decadencia, como los comandantes de allá, y las peculiaridades de esta sociedad tecnológica en que vivimos les resultan tan ajenas que naufragan en las corrientes cibernéticas antes de echarse en ellas. Algunos han intentado aprender los derroteros de una navegación virtual que sus nietos cursan sin problema alguno, pero les fallan las brújulas y quedan al garete en cuanto sopla sobre sus entendederas un aire tan cargado de novedades que los abruma. Triunfó el pensamiento sobre la ideología, el conocimiento sobre la inexperiencia, el arte de la negociación sobre el disparo en la sien, pero ellos no han podido asimilar los rasgos de la nueva Era.
Confusos frente a los desafíos de un mundo diferente insisten en que a Cuba hay que someterla a un aislamiento total. O sea, totalitario. Y en esa tesitura hacen que los congresistas cubanos tramiten, negocien y consigan la aprobación de presupuestos millonarios para Radio y TV Martí, que sirven sólo para pagar colaboraciones inútiles porque carecen de audiencia o, simplemente, son bloqueadas por el gobierno cubano. Por inteligentes, Lincoln, Mario e Ileana lo saben perfectamente, pero en plan de complacer a la clientela que los envía a Washington marchan a la batalla cada año que pasan en la Legislatura.
Desde este plano crítico veo que la inversión del gobierno de Estados Unidos en el esfuerzo de mantener informados a los cubanos de Cuba resulta fallida por incompleta más que por falta de intenciones. ¿Cómo es posible que se asigne ese dinero para Radio y TV Martí, que se proclame a los cuatro vientos su objetivo superior de difundir la verdad informativa, y luego se aborte el propósito con las estipulaciones de una Ley imbécil que prohibe la exportación de antenas parabólicas a la Isla, a pesar de que la señal haya sido colgada de un satélite? ¿Cómo van a capturar en Cuba las emisiones de TV Martí si no es con la utilización de los equipos idóneos? Si Ramiro Valdés no quiere parabólicas en la isla hay que ingresarlas por todos los huecos posibles.
Carlos Alberto Montaner, en su carta al Herald, cuando lo sorprendieron en la nómina de TV Martí, comparó a Radio Europa Libre con las emisoras que dirige Pedro Roig, pero olvidó decir que allá los colaboradores eran disidentes y personalidades escapados del círculo de países soviéticos apenas unas horas antes, y que permanecían en la programación sólo por seis meses, luego de los cuales eran reemplazados por otros recién llegados. La efectividad de Radio y TV Martí, en caso de ser captadas en Cuba, podría ser medida por la momificación de sus colaboradores en la ventanilla de pagos. Gente desconocida para esta generación de ahora que se supone debe ser el blanco hacia donde van dirigidas las trasmisiones. Y en muchos casos también por las anteriores, porque nunca fueron algo significativo en Cuba. Montaner, ¿quién eres tú, Polly Magoo?
La penetración de Internet en Cuba ha sido lenta pero sostenible a pesar de las restricciones ordenadas por Ramiro Valdés y el entorpecimiento legal que le impone la Ley Helms-Burton. La conexión internacional es estrecha y dificultosa y en este caso no es sólo por voluntad represiva del gobierno cubano, sino por la falta de visión moderna de los sostenedores del embargo que prohíbe el enlace con el cable submarino y la exportación masiva de antenas parabólicas y computadoras a Cuba. O sea, que Ramiro Valdés pone bajo control policiaco a los cibernautas y nuestros congresistas les reducen el acceso reforzando las medidas del embargo, como se los pide un sector minoritario de sus electores.
Pero a pesar del esfuerzo conjunto de estas dos fuerzas retrógradas, los cubanos que ingresan a Internet tan regularmente como permiten los obstáculos que les imponen, pasan de los 300 mil. Se les reconoce de inmediato por sus seudónimos o por la ingenuidad que muestran en sus conversaciones. Es como un susto ante el descubrimiento de cómo se vive “allá afuera”. Los vislumbro en plan de prisioneros que consiguen mirar al exterior de la celda a través de una ventana alta y enrejada, hacia esa tierra de todos que es Internet, fundo de una democracia global absoluta.
El sector de la Informática en Cuba pasa por un período de crecimiento notable. La empresa de microchips instalada en Pinar del Río por Alemania Oriental es hoy día el escenario de una renovación tecnológica intensa a cargo de la empresa Acer de Corea del Sur. Los viejos equipos instalados por los alemanes del Este son sustituidos por otros de última generación que servirán para producir computadoras más veloces, más compactas y con más capacidad de trabajo gracias, en gran parte, al uso de tecnología norteamericana. Como lo leen, sí señores. Lo que Acer va a hacer en Cuba contiene seso yanqui.
El súper ministro cubano de la Informática está atrapado en los vericuetos de una misión exemporánea que no va a entender nunca en todo su espectro, porque no se puede crear un artefacto de avanzada y luego dedicarlo a funciones restringidas. Al final, tendrá que irse de su oficina y traspasarle el mando a alguien más joven, mejor preparado para los trabajos de este siglo. Él sólo sería capaz de fabricar un frankestein. Igual que los “embarguistas”, cuyas nostalgias combatientes se diluyen frente a http://cu.clasificados.st/, un mercado virtual donde se vende y se compra de todo. Hace poco más de un año cada una de sus secciones contaba con apenas un centenar de ofertas pero, en esta etapa de transición política, son millares. Les abrieron una ventanita a los cubanos y ellos se han asomado a respirar.
Visiten el sitio y comprueben que, para Cuba, ahora sí es cierto que ya viene llegando.
Jorge Daubar
Miami
Coño! Ahora si! En el sitio encontré una sección titulada náutica y mi desternille de la risa con este par de anuncios:
ResponderEliminarVendo brujulas, remos, camaras de camion nuevas, un GPS original garantisado, balsas, todo nuevo y a buen precio, si te vas pa la yuma en balsa llamame al 8791660 con agustin egurola o en santa marta 503 entre infanta y retiro, has un viaje seguro Ciudad de La Habana [contactar] 15-02-2008
Vendo llantas de camion. Capacidad 3 personas normales o un gordo y dos flacos. Equipado con vela de nylon y anzuelos para cojer el lonche. Contactar: El Gato Chang Villa Clara [contactar] 12-02-2008
al césar lo que es del césar: en este caso tengo que decir que su artículo es muy bueno, documentado.
ResponderEliminarsin embargo, su carta a fidel fue un enema literario que no debe repetir. en mi humilde opinión está bateando de 3-1.
saludos,
lg rodriguez
Aunque el tema es de interés, quisiera señalar algunas imprecisiones y falsas apreciaciones del autor:
ResponderEliminarLa empresa Acer no es de Corea del Sur, sino de Taiwan, y no necesita del seso de los "yanquis" para funcionar. Ya su presencia asiática se está sintiendo en Estados Unidos.
La idea de que Ramiro o el régimen vayan a autorizar la entrada de parabólicas en Cuba, es de gran ingenuidad. Ellos lo que quieren que entre es solo lo que les conviene
Caballero anónimo de la 7:55:00 EST, usted anuncia "algunas imprecisiones" y luego sólo menciona que Acer no está en Corea del Sur sino en Taiwan... Bueno, ¿y qué? Daubar dice que hay tecnología norteamericana envuelta en esas computadoras y eso es un hecho. Lo otro es "falsas apreciaciones del autor" y luego se limita a señalar la ingenuidad de Daubar. Con participaciones como la suya este blog se enriquece. No jodaaaaa
ResponderEliminar