martes, agosto 12

Distopías

Ibsen Martínez
Escritor y dramaturgo

CARACAS – […] Desde la semana pasada, más precisamente desde el pasado jueves 7, tengo un recorte de prensa del diario El País de Madrid clavado en un corchito que cuelga en la pared de mi humilde estudio. Se trata de un despacho firmado por el corresponsal de El País en Caracas, el periodista Clodovaldo Hernández. De entre toda la opulencia informativa que cotidianamente ofrece el gran diario español, llamó mi atención el encabezado del despacho de Hernández pues venía muy destacado en primera plana: "El Supremo venezolano ratifica la inhabilitación de varios opositores". El Diccionario Esencial de la Lengua Española, editado por la Real Academia, acoge la siguiente acepción de "vario(s) ": ADJETIVO INDEFINIDO: Algunos, unos cuantos. "Debe haber un error", me dije, a sabiendas por experiencia de que cuando escribes para la prensa extranjera te expones a que un sabihondo de allende los mares decida cambiar tu título original por otro que él piensa más inteligible a sus lectores. Bien es cierto que están en lo correcto cuando, inadvertidamente, usas un modismo local. Pero "varios" no es un localismo; "varios" no es un venezolanismo; "varios" es un adjetivo indefinido que significa "algunos, unos cuantos". Con todo, concedí el beneficio de la duda al respetado comunicador social y me adentré en su texto. No; no se trataba de un error ni de un abusivo despropósito del jefe de sección de internacionales. Hernández comienza su nota diciendo "varios dirigentes opositores de Venezuela no podrán presentarse a cargos de alcaldes y gobernadores, después de que el tribunal Supremo de Justicia ha ratificado las sanciones de inhabilitación política aplicada por la Contraloría General (Fiscalía)." Me detengo un segundo en ese paréntesis.

Es práctica común en el periodismo internacional poner en claro que, por ejemplo, la Secretaría de Gobernación mexicana equivale, al menos en teoría, al Ministerio del Interior y Justicia venezolano. Pero la Contraloría General venezolana no equivale a una Fiscalía, ni española ni venezolana ni estadounidense. Russián no es cabeza del Ministerio Público. Esa equivalencia sólo existe en la mente de Clodosvaldo Russián desde que Chávez le ordenó inhabilitar a Leopoldo López ( y, junto con él, a un montón de gente) y la falange de obsecuentes del Tribunal Supremo ratificaron la orden violando la Constitución de 1999. Pero, deslizada en un despacho para la prensa española, equivale a mentir deliberadamente para descaminar a los lectores que, en España y toda Iberoamérica, leen la edición online del diario madrileño. Transcribo en negritas dos párrafos del despacho de Hernández: "El máximo tribunal, tras varios meses de espera, sentenció que el contralor tiene pleno derecho para aplicar las sanciones previstas en el artículo 65 de la Ley Orgánica de Contraloría, mediante las cuales se impide a las personas que han incurrido en irregularidades administrativas continuar en el ejercicio de cargos públicos. A los castigados por estas faltas que habían sido elegidos por el voto popular se les permitió terminar sus mandatos, pero se les ha prohibido postularse para las elecciones de gobernadores y alcaldes que se realizarán el próximo 23 de noviembre. Los afectados sostienen que se trata de una maniobra política para dejar fuera a candidatos que tienen la opción de derrotar a los abanderados del Gobierno." La interpretación arbitraria y perdonavidas que de la ley hace Russián se ve reproducida en lo que debería ser un dechado del "balanceo adjetival" propio del periodismo cuando es responsable y probo. Hernández "compensa " eso de que "se les ha permitido terminar sus mandatos", como si se tratase de una concesión graciosa del Obergruppenführer Russián, con una media verdad: la de que los afectados sostienen que se trata de una maniobra política. También sostienen, corresponsal Hernández, lo que sostiene una indignada mayoría de la sociedad venezolana: que se trata de una flagrante y artera violación de la constitución, avalada por un tribunal supremo obsecuente. Y que ella viola el derecho a elegir. Algo de ello debió Hernández reflejar en su despacho y no lo hizo.

Pero la cumbre de la improbidad periodística se alcanza cuando, forzado por los requisitos de la sala de redacción española, Hernández da cuenta, a regañadientes, que los "varios opositores" juntan un coñazo de gente. Léase: "Las inhabilitaciones afectan a 271 personas, incluyendo a funcionarios elegidos mediante el voto, cargos de libre nombramiento y funcionarios de carrera. En los dos últimos grupos, la mayoría son simpatizantes del Gobierno, pero, entre los cargos electos, el 86% milita en fuerzas de oposición. Algunos de ellos eran partidarios de Chávez cuando fueron elegidos, pero han cambiado de bando." ¡Joder! 271 personas no son, repito, "varias personas"; no son "unas cuantas" personas. Para colmo, Hernández se traiciona cuando, pretendiendo hacer una ecuánime precisión, nos deja saber lo que piensa: que la inhabilitación les está bien merecida a aquellos que "saltaron la talanquera". Nadie disputa el derecho que asiste a Hernández de mostrar el goce que deriva al ceder a sus resentimientos sociales cuando escribe su columna de opinión. Pero descaminar a un lector que se halla a miles de millas de distancia afirmando que Baruta es, "otro de los municipios caraqueños de clase media" para encarecer la idea – ya desechada en España hasta por Izquierda Unida – de que la oposición venezolana está compuesta sólo de gente de clase media acomodada, es escamotear, maliciosamente, el hecho inocultable de que los populosos barrios de El Güire, Las Minas y Santa Cruz del Este también son parte del Municipio Baruta. Y rebosan ya de opositores al Máximo Líder de los dos Clodosvaldos. Termino contándoles una de mis ingenuidades. Hace unos meses, cenando en Madrid con gente muy de tejas arriba del diario El País (vicedirectores y gente así) se me preguntó qué pensaba del trabajo de Clodovaldo Hernández como corresponsal en Venezuela. Y yo, en vez de decir: "lamentablemente, es un criptochavista que descamina cada vez que puede a los lectores de El País" y que en Venezuela sobran periodistas que pueden hacer el mismo trabajo con sobrada ecuanimidad, sin importar sus simpatías políticas, opté por una evasiva pendejada acerca de "lo bien que escribe Clodovaldo". Pero después de esto de que centenares de compatriotas inhabilitados son sólo "varias personas", cuando vuelvan a preguntarme, diré de él lo mismo que ya está usted pensando. [TAL CUAL]

7 comentarios:

  1. este antes escribía para el nuevo herald, y ahora parece que lo han "refugiado" aquí. más de la misma mierda. nada refrescante.
    lg rodriguez

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  2. Va ha haber que "emigrar" del blog de Rui... està de Odinga...

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  3. Porque? Aqui no se ha refugiado nadie. Ibsen vive en Caracas y creo que tiene razon en lo que escribe, ademas yo lo conozco y muy bueno escritor. Mesurado y equilibrado. Asi que no me vengan con cuentos.

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  4. Lo que escribi antes.
    Where is the beef ?
    De los inhabilitados 60 por ciento son `chavistas` y un 40 por ciento
    de oposicion.
    Ahora se nos quiere vender ...ah,
    que antes eran chavistas pero ahora son de oposicion...
    Por favor...?
    Chavez, sigue adelante con la limpieza de politicos corruptos,sean de donde sean - y tambien de los `cambia-casacas`-,para darle algun credito a lo escrito por el ex Nuevo Herald,Ibsen.
    Que tambien nos entrego su personal `ladrillo`.

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  5. Ibsen nunca trabajo en el periodico sino que en aquella epoca le reproducian su columna de El Nacional.

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  6. un excelente profesional. leerlo ilustra.

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  7. no era empleado pero le reproducian y pagaban la columna. lo mismo da. sumemos a "papá montero" y sólo nos falta eleonora bruzual. y llegará.
    EL HERMANO DE JUANITA

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