lunes, septiembre 15

SQUEEZE PLAY: Llorar a orillas del Hudson

Pues se acaba el calendario regular de la temporada 2008 de las Grandes Ligas y los venerados Yankees de Nueva York se nos quedan fuera de los play-off. Era el año de la despedida del viejo estadio del Bronx y hubiera sido grandioso decirle adiós con una Serie Mundial, pero las historias soñadas no siempre coinciden con las sacudidas de la realidad.
Los Yankees tienen aún posiblidades matemáticas, pero todo el mundo sabe -incluyendo a sus más fieles seguidores y hasta Leonardo Padura en Mantilla- que todo terminó ya para los muchachos millonarios de Joe Girardi. Cuando apenas quedan 15 juegos, el equipo neoyorquino está a 10 rayas de la cima del Este, liderada por la increíble novena de Tampa Bay, y por delante se le han metido hasta los Azulejos de Toronto, con un repunte de última hora. Los milagros, al menos en la pelota, no están al alcance de la mano.
Me alegra que los Yankees se queden fuera. Lo siento por sus fanáticos, pero la debacle de los Mulos, aun con récord ganador de 79-70, es un alerta para el béisbol rentado. Una lección de que este deporte es algo más que la billetera generosa de un magnate; mucho más que la sumatoria de estrellas arrebatadas a los que no pueden pagarlas.
Los más de $200 millones desembolsados por George Steinbrenner para “garantizar” el paso de su equipo a la Serie Mundial, no han sido suficientes para lograr lo elemental el béisbol: cohesión, entrega de conjunto, inspiración a la hora cero.
Cuando un equipo de jóvenes talentos como los Atléticos de Oakland tienen que desmantelarse por la falta de dinero y ofrecer sus prospectos al mercado, pierde el béisbol y ganan los intereses del mercantilismo por encima del deporte. Pero cuando a la altura de septiembre uno ve peleando por la postemporada a conjuntos como Tampa Bay, los Mellizos de Minnesota o los propios Marlins de la Florida, renace la confianza en que hay secretos y latidos del béisbol profundo que no podrán doblegarse a fuerza de billetes. Y uno de ellos es el misterio del espíritu colectivo.
Por ahora, los fanáticos de los Yankees deben ir preparándose para despedir a sus ídolos en las subseries de casa que se inician este lunes con los Medias Blancas de Chicago y terminan el 21 de septiembre con los sotaneros Orioles de Baltimore. Ese debe ser el último día en el estadio del Bronx para los Yankees del 2008, el minuto final para un estadio glorioso y el momento obligado para ir a echar lágrimas junto al río Hudson.
Steinbrenner y sus herederos deben tomarse las vacaciones de octubre para meditar en la fábula triste que les deja esta temporada, a pesar de las estimulantes demostraciones del capitán Derek Jeter, que pasó los 1,269 hits conectados de por vida por Lou Gehrig en el Yankee Stadium; o del reverdecimiento de Mike Mussina desde la lomita; o de los palos del superpagado, pero escasamente oportuno Alex Rodríguez.
La semana que dejamos atrás nos dio tres grandes noticias: la clasificación para los play-off de los Angelinos de Los Angeles (mi equipo favorito para la Serie Mundial), el récord de más juegos salvados en la historia de las Grandes Ligas, establecido por el lanzador venezolano de Francisco Rodríguez con 58 (and counting) y el juegazo de no hit-no run que tiró anoche otro estelar venezolano, Carlos Zambrano (14-5) para derrotar a los aún esperanzados Astros de Houston.
Es el primer juego sin hit ni carreras que disfrutan los Cachorros de Chicago en 36 años y el noveno en la historia de la franquicia. El más reciente lo había logrado Milt Pappas el 2 de septiembre de 1972, cuando faltaban aún nueve años para que Zambrano viera la luz en Puerto Cabello, Venezuela.
Como les prometí también en la crónica anterior, aquí van mis pronósticos para los play-off de la Liga Nacional. En la División Este deben ganar los Mets de Nueva York si no les entra la calambrina que padecieron en los finales de la temprada del 2007. Los Philis de Filadelfia están metidos también ahora en la batalla por el wild card tras soplarle cuatro galletas a los Cerveceros de Milwaukee, que parecen condenados a caer en las postrimerías. Ni la inyección del caballo mayor C.C. Sabathia, ni los oportunos estacazosc de Ryan Braun (con 35 jonrones) les ha resultado suficiente para sacudirse del estigma del ahogado al llegar a la orilla.
Los Cerveceros definirán su suerte a partir del martes en una serie de tres con los Cachorros, que tienen casi en el bolsillo el título de la División Central. En el Oeste, la sabiduría del viejo zorro Joe Torre y la llegada de Manny Ramírez a un equipo de bates caídos, van pesando demasiado sobre Arizona, que se ha quedado sin gasolina en septiembre. Pero la bola sigue viva y en juego.

PS.- Poco después de entregar esta crónica, los Cerveceros decidieron cesantear al mánager Ned Yost y reemplazarlo por el coach asistente Dale Sveum. Fueron demasiado los cuatro patinazos ante Filadelfia para un equipo que parecía estar a las puertas de los play-off y ahora todo se ha complicado. Una movida pensando en que no sea demasiado tarde.


Tristán de la Carpa
Miami

3 comentarios:

  1. el detalle en todo esto también radica en algo, que creo yo, es de mucha importancia: estos equipos sin super estrellas que están brillando o haciendo daño a las super nóminas, es por esto mismo, porque sus jugadores no están todavía en la danza de los millones.
    entonces como todavía no están en el billete gordo, pues se están comiendo la pelota de a como sea con ese objetivo, el poder obtener mejores salarios en el arbitraje o en la agencia libre.
    pero después, cuando firmen los super contratos vamos a ver qué pasa.
    y respecto a george steinbrenner, en mi opinión, el mejor de los dueños de las grandes ligas. invierte en su equipo constantemente y un slogan bien firme: "la regla del juego es ganar".
    lg rodriguez

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  2. El tema es que por supuesto esta muy bien que las estrellas ganen bien pero... los contratos deberian tener clausulas que amarraran el billete al rendimiento...claro que con la asociacion de jugadores y todas esas vainas es casi imposible pensar en una solucion asi...ahora steinbrenner tendra que limpiar la casa y ademas creo que se equivoco en sacar al manger Torre, al contrario le debio haber dado todo el poder para que rearmara el equipo.

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  3. creo que torre en ny ya estaba quemado. además no tenía nada que probar. en esta era moderna los managers que pasan muchos años en un mismo equipo terminan en la nada. otros son muy buenos a un nivel y después caen estrepitosamente con sus equipos después en octubre.
    ahí esta el caso de bobby cox de atlanta. tiene como 14 títulos de división y unos cuantos de la liga nacional sin embargo una sola serie mundial ganada con tremendísimos equipos.
    en el baseball como dice el refrán, la pelota es redonda y viene en caja cuadrada.
    lg rodriguez

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