viernes, septiembre 12

Todavía el distrito escolar de Miami

Es noticia que Alberto Carvalho aceptó el puesto de superintendente escolar. Sin embargo, quedan en el aire muchas dudas. El proceso fue extremadamente rápido. (Tan rápido que uno puede pensar si no estaba “cuadrado” de antemano). La reunión de la junta el jueves, en minutos aprobó invitarlo, pero rehusando llevar la apertura del puesto – tras despedir a Crew – sin considerar otras personas. Esto trajo como consecuencia que, no se sabe cuales son las condiciones financieras para la contratación de un nuevo superintendente escolar. ¿Cuánto gana? ¿Cuáles son sus beneficios? ¿Qué se espera de él? A todo esto hay que sumar el escándalo de la, aparente, relación con una ex reportera de The Miami Herald. Carvalho sostiene que los correos electrónicos divulgados han sido alterados. Pero también se sabe que una cosa “alterada” suele ser la base de una verdad y él nunca los desmintió taxativamente. O sea, que los correos existieron, pero el texto divulgado no es el real. Hay una investigación en curso. Esperemos por ella. Pero Carvalho dice que nada es verdad. Una relación personal de un empleado público es irrelevante, a los términos de un sistema público, aunque para un periodista no es ético mantener una relación personal con una fuente. Pero si todo se demuestra ser verdad, el nuevo superintendente debe irse porque no se sabe de lo que es capaz de mentir en el futuro.

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