VIENA - Antes de que pasen a leer el texto a continuación, quiero explicarles el porque posteo de nuevo un artículo de Norberto Fuentes. Además del hecho de que soy un fan, lo cual es evidente, en este texto se plantea algo que para mi es importante que entiendan: lo clave no es la historia que Norberto cuenta, lo clave es que denuncia algo que debería ser inconcebible en Miami y en un diario serio, la existencia de una campaña 'macarthista'. Es como si no hubiéramos aprendido nada. Y como todas las campañas 'macarthistas' se ampara en la mentira. Debería saber el director del periódico de que desde el fin de la Guerra Fría ya no se pregunta a nadie si ha sido comunista para entrar en este país. Solamente se le pregunta al momento de pedir la ciudadanía. Si quieren 'colgar' a alguien comiencen por decir la verdad, no se comporten como represores de la realidad. De la verdad. Estoy por creer que la 'verdad' no existe en el periódico porque el director tiene miedo a la palabra, sin duda porque así se llamaba el diario de los comunistas soviéticos. Y le tiene un miedo a la Calle Ocho... (RF).
Por Norberto Fuentes
MIAMI - A tenor con la última campaña
macarthista de El Nuevo Herald podemos colegir que la violación de los
derechos humanos en Cuba solo cubre un período muy específico: aquel que se
halla bastante lejos de la oleada de esbirros batistianos que se asentaron en
esta ciudad de Miami como fundadores primigenios del exilio y luego alzados de
la estirpe de la banda de Julio Emilio Carretero, que entre otros hitos
históricos tiene la emasculación de un alfabetizador —el adolescente Manuel
Ascunce Domenech— y luego haberlo colgado con una extensión de alambre de púas.
No me crean a mí. Por ahí andan las fotos de los forenses. Crescencio Marino
Rivero, de 71 años, y su esposa, Juana Ferrer —según El Nuevo Herald—,
ambos ex oficiales del Ministerio del Interior de Cuba y ex miembros del
gobernante Partido Comunista, son las nuevas víctimas propiciatorias del
periódico y pueden dar por seguro que de algunos ingentes políticos de la
localidad. Lo curioso es que uno de las primeras acusaciones ha saltado desde
la misma Cuba, y nada más y nada menos que en la persona de otro antiguo
represor del castrismo, en este caso nuestro inefable campeón de las huelgas de
hambre, el cadete de Tropas Especiales Guillermo Fariñas. Porque, oye,
muchachón, las Tropas Especiales del Ministerio de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias, a diferencias de las del Ministerio del Interior, eran única y
exclusivamente para reprimir. Con estudios en una academia militar de Tambov,
antigua URSS (ya se pueden imaginar ustedes lo que se estudia allí) y habiendo
formado parte de las tropas que cercaron la embajada de Perú en Cuba durante
los acontecimientos de 1980, que el mulato se nos apee ahora con la historia de
que Rivero es un represor solitario, resulta una píldora tan difícil de tragar
como una tarántula. Debemos entender, sin embargo, que desde los batistianos
—¿o quieren ir más atrás, a Machado, a los voluntarios cubanos que fusilaron a
los siete estudiantes de medicina, a los conquistadores de no dejaron un
aborigen cubano con cabeza?— hasta nuestros días, la represión es algo común a
nuestra raza. ¿Un pueblo de represores? Bueno, que levante la mano el que no
haya sido miembro de un Comité de Defensa de la Revolución. Y dentro de esos,
que de un paso al frente el que no haya hecho una guardia cederista. Porque
quiero informarles que pertenecieron a una organización represiva. ¡Y qué
decirles de vigilar a un vecino tras los visillos! Ay, Dios, cómo vamos a tener
que deportar viejas del Comité. Me las imagino como en un Mariel al revés. Pero
las viejas chismosas con sus maletas en el muelle de Key West. Y los marines
ayudándolas a rembarcarse. Arriba, pa la chalupa. Ah, y antes de que se
me olvide, el primero que pueda probar que yo hice una guardia de Comité, una
sola, que también levante la mano. El problema es que yo me leí muy temprano en
los 60 un libro de cuentos maravilloso, El elefante, del polaco Slawomir
Mroźek, en el que el portero de la jaula de los leones del circo romano
encargado de azuzar las fieras para se coman a los cristianos, descubre que un
león se mantiene a sus espaldas, apacible y sin mostrar el más mínimo interés
en saltar a la arena. Es más, la susodicha bestia esta royendo una —al parecer
deliciosa— zanahoria. Intrigado por la actitud del animal y preguntándole el
porqué de su conducta, el hombre recibe esta juiciosa respuesta del león: “¿Y
si los cristianos toman el poder mañana?”. © Norberto Fuentes 2012 in Libreta de Apuntes.
bueno, vamos a ser realistas, los heraldos y todos los disidentes, todos, junto con los represores de allá y de acá son todos una fauna de hijoeputas, todos.
ResponderEliminary no solo del herald, los reporteros de la tv hispana, de la radio, algunos de los cuales hasta ayer estaban al servicio del sistema, dan verguenza reportando el tema.
pero coño se le fue la mano a norberto. claro que él nunca hizo guardia de comité ni nada de eso, si estaba al lado del poder. es como preguntar si vieron a fidel, raúl, ramiro, etc haciendo guardia de CDR.
EL HERMANO DE JUANITA
Cuando se va uno para miami en el avion le dan a tomar la coca cola del olvido,se olvida de todo CDR incluido.
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