sábado, febrero 16

Un alcalde de Miami pretende imponer el castellano como idioma oficial


¿Qué hace un alcalde hispano en Miami cuando apenas sabe hablar inglés? Pues muy fácil: intenta imponer el castellano a sus súbditos.

Fue lo que se le ocurrió a Luigi Boria, un empresario y pastor evangelista venezolano, electo alcalde de Ciudad Doral en noviembre y para quien la única forma de promover las inversiones y los negocios en esta área urbana enclavada al oeste del aeropuerto de Miami, es que la ciudad sea "bilingüe" y todo el mundo allí hable castellano.
El detalle es que sus residentes ya lo hacen y sin necesidad de "oficializar el idioma. El Doral es una de las áreas con mayor densidad de hispanos en el sur de Florida. En la última década ha dejado de ser un lugar donde pastaban tantas vacas como vivían personas y se ha transformado en un pujante centro comercial y empresarial, mayormente debido al gran número de inmigrantes venezolanos que han rehecho sus vidas allí.

'No hay marcha atrás

La ciudad es para los venezolanos lo mismo que la Pequeña Habana para los exiliados cubanos, una extensión del país que dejaron atrás. En ella han desarrollado comercios y periódicos comunitarios, abrieron restaurantes de comidas típicas y empresas de exportación. Y a poco y poco fueron escalando posiciones en el mundo político y social del sur de Florida lo que les permitió, en noviembre pasado, elegir como alcalde a uno de los suyos, un venezolano.
Pero todo esto lo lograron hablando inglés. El castellano, aunque es el idioma nativo del 63% de los habitantes del sur de Florida, no rige en los negocios o la vida social. Aquí la inmensa mayoría de los inmigrantes intenta integrarse a la vida de Estados Unidos y el inglés es una forma de hacerlo.
"En casa hablamos en español. Mis hijos hablan mejor el inglés porque están todo el día en el colegio donde solo hablan inglés, pero yo quiero que aprendan el español, para que no se olviden del idioma de sus padres. Por otro lado, en la calle tampoco hablo mucho el español, porque el inglés es básico para los negocios. Sin él no caminas. Aquí todo el mundo laboral y empresarial funciona en inglés", dice a ELMUNDO.es la arquitecta venezolana Carla Benavides, sentada en la explanada de 'El Arepazo', el más popular de los restaurantes venezolanos de la ciudad.
Por eso, ni Benavides ni muchos de los residentes de Doral entienden por qué al alcalde Boria se le ocurrió eso de que el castellano debe ser obligatorio. "Cuando vienes a Estados Unidos sabes que no hay marcha atrás. Aquí hablas inglés porque es la única forma de que te logres integrar”, agrega Paula de Fernández, una colombiana que trabaja en un restaurante de comida rápida.
Esta semana, Boria puso a consideración de los concejales de Doral la introducción del castellano como idioma oficial. Tras intensas discusiones, no fue aceptado. Los cinco ediles, con mucha más experiencia que el empresario y pastor evangelista, saben que se trata de un asunto polémico, divisionista y poco popular. "Aquí no hay solo hispanos, tenemos una comunidad multicultural y puede ser un problema para otras nacionalidades", dice la concejal Ana María Rodríguez.
Además, recuerda, en Doral no solo hay empresas venezolanas, también las hay europeas, chinas y viven muchos brasileños. "La verdad es quecuando haces negocios en Doral o con el Gobierno (de la ciudad), el inglés es el idioma apropiado. Nos une", agrega Rodríguez.

Un alcalde peculirar

Boria es un personaje pintoresco. Llegó a Estados Unidos desde Caracas hace 23 años. Tuvo éxito en los negocios y creó una Iglesia evangelista. Pero nunca fue muy ducho en idiomas y su inglés es bastante deficiente. A punto de que algunas cadenas de televisión cuando lo entrevistansuelen subtitular sus declaraciones para hacerlas comprensibles al televidente. El ahora alcalde, hizo toda su campaña electoral en español, lo cual fue muy criticado. El día que tomó posesión, juramentó en castellano y dijo que todo fue "obra de Dios", obviando los electores.
Según explicaron a ELMUNDO.es varias fuentes dentro de la alcaldía, Boria raramente se expresa en inglés y en algunas ocasiones ha tenido que acudir a la ayuda de sus colaboradores para entender documentos oficiales puestos a su consideración.
A todas luces, la idea de implantar el castellano como idioma oficial de Doral, junto al inglés, es una forma de facilitarle la vida. Pero es también una fuente de problemas, porque si la idea fuera aprobada, el castellano pasaría a ser usado en todas las reuniones oficiales y en las comunicaciones entre funcionarios del gobierno local. Además, pudiera dar origen a problemas legales, porque en Estados Unidos no existe un idioma oficial y si el castellano se vuelve obligatorio, el municipio se enfrenta a un sin número de querellas judiciales.
Pero es también un problema emocional. Boria se ha olvidado que el asunto de imponer un idioma solo trae malos recuerdos en Florida. En las décadas de 1980 y 1990, varios movimientos conservadores anti inmigrantes intentaron imponer en Miami el inglés como idioma único y obligatorio para enfrentar el crecimiento de los hispanos. Fue una lucha larga, que solo se tranquilizó cuando los tribunales fallaron que ninguna zona metropolitana puede legislar algo que no ha sido abordado a nivel federal.
"Durante décadas he escrito sobre temas divisionistas como el asunto del idioma. Les puedo decir que las batallas por el bilingüismo valieron la pena, porque la base real del sentimiento antihispano de entonces, era un prejuicio puro y duro en contra de los cubanos", dice Fabiola Santiago, una columnista cubanoamericana del 'Miami Herald'.
Sin embargo, en su opinión, este no es el caso de Doral, donde detrás de todo esta propuesta del alcalde Boria existe "una extraña mezcla de conveniencias políticas y personales, que me recuerdan los días malos de la ciudad de Miami".
Parece que a Boria no le queda otra que mejorar su inglés. "Esperemos que no pase la factura de las clases a nosotros los contribuyentes, que no tenemos culpa de su ignorancia", agrega Benavides.
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