Hace un par de semanas pasé a visitar a un amigo y lo sorprendí bebiendo. Siempre tan morigerado, tan abstemio, tan aburrido, me recibió con un vaso lleno de una sustancia improbable en alguien como él. Vestía un jean viejo cortado a la altura de las rodillas, una camiseta estampada con la efigie desteñida del Espíritu Santo y calzaba unos tenis sucios. Tenía los ojos en estado de éxtasis, una sonrisa desvaída en los labios y, en la mano, un vaso de cristal a medio llenar o medio vacío, ahora no sé cómo interpretar la situación. Era domingo, la temperatura elevada hasta la fatiga y mi amigo Cerezo había salido de sus habitualidades por vez primera en su vida, acompañado por la música de Caetano Veloso. En la casa de al lado estaban asando un puerco.
(ESCUCHAR MIENTRAS SE LEE)Caipirinha, me dijo para identificar el trago y de paso invitarme. Caipirinha, repetí yo aceptando. La caipirinha es un cóctel originario de Brasil, que se prepara a base de límón, azúcar y hielo mezclados dentro de una carga de cachaça, ese aguardiente tan especial que se consigue de la caña de azúcar. Un poco después llegó el gallego Rotundo quién, para darle variedad al festejo, cambió el azúcar blanca por morena para que nos regocijáramos con un sabor más primitivo, asociado a negros y barracones de esclavos.

Alrededor de las tres de la tarde apareció el vecino con un par de bandejas de cartón dónde palpitaban un montón de masas de puerco recién sacadas de la olla y una docena de tostones perfectamente crispados. En intercambio, Cerezo le entregó un vaso de caipirinha junto con la descripción de sus orígenes y efectos. El vecino era un ex diplomático cubano que había desertado en Madrid hacía ya unos veinte años y nos contó que, en Alemania Oriental, como no se podía conseguir la cachaça los estudiantes brasileños utilizaban vodka en su lugar. A esa mezcla desnaturalizada la denominaban Caipiroshka y sus efectos eran tan devastadores que, más de una vez, alguno de los funcionarios alemanes que los atendían, a pesar de ser bebedores acostumbrados a licores recios, tuvo que ser trasladado de prisa a la sala de emergencia del hospital universitario, casi en estado de coma.
Yo me había quedado a la mitad de la segunda capirinha, a un sobro de la borrachera, pero las grasas del puerco y los cascajos de tostones me reanimaron. Fue entonces que recoordé a una amiga portuguesa en Perú que preparaba otra variante de la capirinha en la que el ron sustituía a la cachaça y la llamaba caipirissima. A esas alturas de la conversación me sofocaba el calor a pesar del cordón de flamboyanes que nos daba sombra. El resto era para mí casi una obligación biológica: Poco a poco me fui sumergiendo en el sueño, como quien cae en un pozo profundo.
Jorge DaubarMiami
Evidentemente Daubar carece de experiencia alcohólica.
ResponderEliminarEn mis èpocas de marino, me enseñaron que: "desconfìa de aquèl que no sabe beber..." y por supuesto Daubar cae en esa clasificaciòn... por cierto, no entendì la crònica, ni lo del IGLU, ya que segùn el autor tenìan tremendo calor, ya que es algo raro estar a la intemperie en una tarde dominguera en Miami.
ResponderEliminarCuando yo era mas joven y mas idiota, y mi papa llegaba a la casa y me veia almorzando con un trago (a los 16 bo 17 uno aguanta como un buey), me decia siempre: "los piratas son los unicos que comen con ron". Daubar, obviamente no es pirata.
ResponderEliminarBueno no sean tan asperos con Jorgito...a mi me gusto la "innovacion" de la musica de fondo... y me trajo recuerdos de borracheras lejanas...en sentido general me gusto, aunque tampoco entendi lo del iglu...pero quizas es solo el primer capitulo.
ResponderEliminarel iglú es una metáfora del vaso con hielo. y es muy cierto que carezco totalmente de cultura etílica. no fumo, no bebo, nunca me he drogado, y cuando huelo alcohol me duermo. en la uneac no pasaba de la mitad del primer chácata. y no me gustan las películas de ciencia ficción. también me duermo un poquito más allá los créditos iniciales. pero les doy la noticia de que después de unas semanas encasquillado con la próstata he regresado más sano que un recién nacido.
ResponderEliminarud es uno d los descubridores del agua tibia , todos esos tragos se beben en brazil con esos nombres dejese de histiorietas
ResponderEliminar¿y...¿ anónimo del 30 de agosto de 2008 a las 10:00EDT.
ResponderEliminarme alegro que esté recuperado de salud. me imagino que a eso se debió su ausencia. ahora a cuidarse. vienen meses interesantes.
ResponderEliminary le recomiendo a todo el mundo que la próstata y el colon hay que chequearlo una vez al año a partir de los 45. hay médicos que dicen a partir de los 50, pero los buenos expertos recomiendan empezar temprano, sobre todo si ha existido algún caso de problema en la familia.
lg rodriguez
gracias, lg. y es cierto que hay que cuidarse.
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