En un gesto raro de solidaridad entre adversarios, el Gobierno cubano condenó enérgicamente en la tarde del miércoles el ataque al consulado estadounidense en la ciudad libia de Bengasi, diciendo que no hay justificación para la violencia contra diplomáticos.
“Cuba condena los actos contra la oficina diplomática norteamericana en Bengasi y la muerte del embajador de los Estados Unidos en Libia y se opone resueltamente a todos los actos de violencia contra las misiones diplomáticas y su personal”, afirma el corto comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Este gesto adquiere una importancia particular porque si hay tema donde Estados Unidos y Cuba difieren, es en la situación en Libia. La Habana ha condenado continuamente la intervención de la OTAN en la revuelta del país árabe y ha acusado a Washington de instigarla.
Además, el ex presidente Fidel Castro siempre mantuvo excelentes relaciones con el fallecido dictador libio Muammar Gadafi y visitó el país en tres ocasiones.
Sin embargo, no es un gesto inédito. Hace precisamente 11 años, el Gobierno cubano envió una nota a Washington condenando los atentados terroristas de Nueva York y Washington y solidarizándose con el país y sus ciudadanos. En enero de 1986, tras el accidente del transbordador Challenger, La Habana también envió un mensaje de condolencias dirigido al pueblo estadounidense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario