Por Elena Armenteros
Hace poco más de una semana El Nuevo Herald publicó
una información relacionada con el supuesto aumento del rechazo o racismo de
los estadounidenses blancos contra los negros, hispanos e inmigrantes.
Y me pareció curioso. Y por ello me pregunté: ¿estará El Nuevo Herald contribuyendo ingenuamente a
este supuesto racismo en nuestra comunidad?
Para hacer un análisis me dediqué a contar las
fotos que fueron publicadas en las páginas "sociales" de dicho
suplemento el 28 de octubre y hoy 4 de noviembre: un total de 86 fotos a todo
color y en ellas solamente aparecen dos personas de la raza negra, y ambas de
la comunidad afroamericana.
Curiosamente en los eventos por así llamarlos
"cubanos" no aparece un negro ni en misa espiritual. En una pomposa
página de la Asociación de Constructores Latinos o los LBA como se les conoce,
aparentemente los negros se quedaron en las obras poniendo ladrillos. En otro
evento de cubanos en apoyo a los inmigrantes y donde la pareja de Gloria y
Emilio Estefan recibieron otro premio por los logros alcanzados en sus vidas
privadas y profesionales, tampoco aparece un negro, ya sea cubano o haitiano,
quienes son los mayores inmigrantes que legal o ilegalmente arriban a nuestras
costas.
Las páginas "sociales" de El Nuevo Herald
son mis favoritas desde que José Varela dejó de publicar sus caricaturas en ese
periódico. Confieso que las disfruto antes de la sección de noticias locales.
En ellas aparecen príncipes y princesas, condes y condesas, marqueses y
marquesas. El problema es que los títulos lucen como comprados en una casa de
99 centavos.
Yo me divierto mucho cuando aparece la foto de la
princesa vietnamita Thi-Nga. La combinación de las letras "Th" se
pronuncia como una "S" y cuando le agrega la "N" con el
"ga" la princesa es una mala palabra.
Las páginas "sociales" de El Nuevo Herald
son algo así como una extensión del programa "expunge" de las cortes
que permite a quienes han violado la ley a sellar o esconder una felonia. Es
por ello que un cuatrero que ha cumplido condena en la cárcel federal ahora
celebra su cumpleaños y se le publican las fotos ataviado del título de joven,
elegante, profesional o "clubman"; una vieja analfabeta semi-bilingüe que junto al marido han cumplido condena por
estafa al servicio de rentas internas y hasta ayer tenían un grillete
electrónico en el tobillo son "líderes comunitarios". La fauna es
extensa.
Yo me imagino que al mejor estilo de ese burujón de
papel y tinta que es el Diario las Américas, la cronista social debe estar muy
bien conectada al tubo del potaje, porque sino, que sentido tendria reportar
una fiesta en New York para el gheto de Miami, las vacaciones de una bruja
cualquiera por el mediterráneo o la pintura de Home Depot que un supuesto
acaudalado le ha mandado a dar a las paredes de su cuarto.
Hace pocos dias la "cronista" Ana Remos
publicó una noticia, que según me cuentan, tiene a la protagonista de vomitera
en vomitera. Siente asco de sí misma. La pobre mujer cuando entra a su oficina
se siente las puñaladas de burlas de sus empleados. Resulta que la dama de
marras, sin quitarle ni agregarle a sus méritos, se las ha arreglado para en
tiempoos de hacer las reservas por internet mantener una agencia de viajes.
Y escribió la Remos: "La vida de la cubana
(omitimos su nombre por vergüenza ajena),
presidenta y CEO de la compañía (?), parece sacada de una película de
Hollywood. De hecho, y aunque ella jamás lo cuenta, me consta que ha rechazado
recientemente una oferta para hacerla. Y es que esta brillante profesional,
toda calidez y honestidad, ha sabido jugar de maravilla sus cartas."
Es cierto, ha jugado de maravillas sus cartas: le
vende los boletos aéreos a oficinas gubernamentales, incluyendo al Gobernador
Rick Scott, así como a otras entidades que dependen de fondos públicos.
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