jueves, noviembre 8

Casos y cosas de la vida social



Por Elena Armenteros

Hace poco más de una semana El Nuevo Herald publicó una información relacionada con el supuesto aumento del rechazo o racismo de los estadounidenses blancos contra los negros, hispanos e inmigrantes.

Y me pareció curioso. Y por ello me pregunté: ¿estará El Nuevo Herald contribuyendo ingenuamente a este supuesto racismo en nuestra comunidad?

Para hacer un análisis me dediqué a contar las fotos que fueron publicadas en las páginas "sociales" de dicho suplemento el 28 de octubre y hoy 4 de noviembre: un total de 86 fotos a todo color y en ellas solamente aparecen dos personas de la raza negra, y ambas de la comunidad afroamericana.

Curiosamente en los eventos por así llamarlos "cubanos" no aparece un negro ni en misa espiritual. En una pomposa página de la Asociación de Constructores Latinos o los LBA como se les conoce, aparentemente los negros se quedaron en las obras poniendo ladrillos. En otro evento de cubanos en apoyo a los inmigrantes y donde la pareja de Gloria y Emilio Estefan recibieron otro premio por los logros alcanzados en sus vidas privadas y profesionales, tampoco aparece un negro, ya sea cubano o haitiano, quienes son los mayores inmigrantes que legal o ilegalmente arriban a nuestras costas.

Las páginas "sociales" de El Nuevo Herald son mis favoritas desde que José Varela dejó de publicar sus caricaturas en ese periódico. Confieso que las disfruto antes de la sección de noticias locales. En ellas aparecen príncipes y princesas, condes y condesas, marqueses y marquesas. El problema es que los títulos lucen como comprados en una casa de 99 centavos.
Yo me divierto mucho cuando aparece la foto de la princesa vietnamita Thi-Nga. La combinación de las letras "Th" se pronuncia como una "S" y cuando le agrega la "N" con el "ga" la princesa es una mala palabra.

Las páginas "sociales" de El Nuevo Herald son algo así como una extensión del programa "expunge" de las cortes que permite a quienes han violado la ley a sellar o esconder una felonia. Es por ello que un cuatrero que ha cumplido condena en la cárcel federal ahora celebra su cumpleaños y se le publican las fotos ataviado del título de joven, elegante, profesional o "clubman"; una vieja analfabeta semi-bilingüe que junto al marido han cumplido condena por estafa al servicio de rentas internas y hasta ayer tenían un grillete electrónico en el tobillo son "líderes comunitarios". La fauna es extensa.

Yo me imagino que al mejor estilo de ese burujón de papel y tinta que es el Diario las Américas, la cronista social debe estar muy bien conectada al tubo del potaje, porque sino, que sentido tendria reportar una fiesta en New York para el gheto de Miami, las vacaciones de una bruja cualquiera por el mediterráneo o la pintura de Home Depot que un supuesto acaudalado le ha mandado a dar a las paredes de su cuarto.

Hace pocos dias la "cronista" Ana Remos publicó una noticia, que según me cuentan, tiene a la protagonista de vomitera en vomitera. Siente asco de sí misma. La pobre mujer cuando entra a su oficina se siente las puñaladas de burlas de sus empleados. Resulta que la dama de marras, sin quitarle ni agregarle a sus méritos, se las ha arreglado para en tiempoos de hacer las reservas por internet mantener una agencia de viajes.

Y escribió la Remos: "La vida de la cubana (omitimos su nombre por vergüenza ajena), presidenta y CEO de la compañía (?), parece sacada de una película de Hollywood. De hecho, y aunque ella jamás lo cuenta, me consta que ha rechazado recientemente una oferta para hacerla. Y es que esta brillante profesional, toda calidez y honestidad, ha sabido jugar de maravilla sus cartas."

Es cierto, ha jugado de maravillas sus cartas: le vende los boletos aéreos a oficinas gubernamentales, incluyendo al Gobernador Rick Scott, así como a otras entidades que dependen de fondos públicos.

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