miércoles, noviembre 10

La credibilidad, el reto principal para reformar la economía cubana

Rui Ferreira | Miami

De creer en los informes que llegan desde La Habana, Raúl Castro está a punto de lograr algo que siempre anheló: acabar con la cartilla de racionamiento de alimentos creada por su hermano, el ex presidente Fidel Castro.

Lo confirma por teléfono un viejo colaborador suyo. "Hace rato que Raúl quería acabar con la libreta (cartilla). Su hermano lo veía como una fuente de igualdad pero Raúl siempre dijo que era una fuente de problemas. Obligaba al Estado a un compromiso permanente y no estimulaba la gente a trabajar", dijo la fuente.

Es más que un problema psicológico para el cubano promedio, que vive sin la seguridad de comer bien todo el tiempo, en una perenne lucha de buscarse el pan para los hijos el día a día. Una odisea que ha llevado a muchos cubanos, no sin cierto humor, a decir que en la isla comunista hay tres problemas apenas: desayuno, almuerzo y cena.

Las reformas de mercado

Raúl Castro no es propiamente un improvisado en manejar empresas comerciales según las reglas del mercado. Hace más de dos décadas que las Fuerzas Armadas, cuyo ministerio ocupó hasta hace dos años, controlan una serie de empresas 'capitalistas', como aerolíneas, importadoras y exportadoras, conglomerados hoteleros, instalaciones turísticas y de prestación de servicios, y lograron mantener a flote al país durante los años negros del periodo especial (1991-1998).

Fue bajo la supervisión de Raúl Castro y su yerno Luis A. Rodríguez López-Callejas, que parte de la economía cubana comenzó a funcionar con las reglas del capitalismo puro, el equilibrio entre la oferta y la demanda.

De lo que se pensó ser un experimento, el nuevo modelo de organización económica no fue un total fracaso y lo que Raúl Castro pretende ahora es que el gobernante partido comunista le refrende la peligrosa opción que tomó. Con unos "arreglos" para hacerla más efectiva.

El plan, divulgado en un folleto de 32 páginas el lunes pasado, es claro. Se trata de quitar de arriba del Estado una serie de responsabilidades económicas y productivas que lo estaban hundiendo, que por décadas no estimularon el desarrollo económico y social de la sociedad revolucionaria cubana, ahora en peligro de hundirse por no adaptarse a los tiempos nuevos.

Los costos

El nuevo programa económico tiene un costo. El Gobierno ha anunciado un plan de despidos de casi 500.000 empleados estatales que ha tenido, de momento, una reacción curiosa en el ámbito latinoamericano. Medio millón de cubanos van a la calle obligados a escoger entre el desempleo o integrar el emergente sector privado. Y todos, al cabo de décadas de trabajo, han recibido una indemnización minúscula.

Lo curioso: que la sociedad no se ha perturbado. No ha sucedido nunca en los tiempos modernos que medio millón de personas se queden sin empleo y no pasa nada, pese a la fortaleza de los organismos de seguridad.

Oficialmente, la reforma de la economía no es una "reforma de mercado". De hecho, las autoridades la definen como la continuidad de la política económica estatal y no abdican del plan quinquenal, rector de la planificación centralizada, popularizada en la difunta Europa oriental y socialista.

Pero en China, cuando reformaron la organización económica tampoco abdicaron de la economía centralizada ni de los planes quinquenales y crearon "un país, dos sistemas". Se sabe que los militares cubanos han estudiado atentamente las reformas chinas que, sin abdicar del control político y económico por parte de un partido único, han abierto la sociedad a su propia gente.

De hecho en Cuba eso ya está sucediendo. La apertura del mercado de trabajo por cuenta propia a un listado variado de profesiones – algunas de ellas con nombres poco serios, pero no menos populares. Hace meses que se han creado cooperativas de servicios, peluqueros y barberos trabajando por su cuenta en sus viejas barberías y peluquerías del Gobierno, que muchos chóferes manejan por su cuenta autobuses de propiedad estatal y no hay noticias de que les vaya mal.

Credibilidad

El principal adversario que Raúl Castro tendrá de enfrentar es la credibilidad de sus propuestas. (Además de tener que enfrentarse a un núcleo duro del sistema que no simpatiza con las reformas). En términos generales, en los últimos años, los cubanos no tienen grandes razones para creer en su Gobierno.

Las reformas de Raúl Castro han sido intentadas en otras oportunidades y de otras formas, pero siempre han terminado canceladas o en el olvido, como promesas nunca cumplidas. Es que pese a que el Gobierno siempre ha mantenido que el pueblo "tiene confianza en la revolución", lo cierto es que la desconfianza popular siempre fue real.

Ahora no es diferente. Abrir mercados y crear pequeñas empresas es una aspiración de las autoridades, pero en el documento que lo anuncia de cara al congreso del partido comunista en abril del año entrante, se dice también que no se permitirá la concentración de propiedades o sea, la creación de riqueza excesiva. Tampoco se establece el monto. En el pasado, muchos se quejaron experiencias anteriores nunca funcionaron porque cuando las personas comenzaban a enriquecerse, el Estado les confiscaba las cuentas bancarias.

Por eso para Raúl Castro la credibilidad ahora es más importante que nunca si quiere sobrevivir. No basta con quedar en la historia como el hombre que resolvió el problema del desayuno, el almuerzo o la cena.


(C) ELMUNDO.es 2010

6 comentarios:

  1. rui solo ideas pq nada se concretizo realmente,ojala q sea cierto y q mi pais vuele a crecer y mis paisanos puedan vivir sus vidas

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  2. Rui, bueno tu articulo, objetivo y serio.

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  3. buen artículo, serio, responsable. no es algo escrito para complacer a la iracundia del ghetto a la cual el nuevo herald y the herald le siguen temiendo a sabiends que están en el hospice o la morgue.
    esto es lo que se llama periodismo serio.
    EL HERMANO DE JUANITA

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  4. rui nosso amigo aa sumiu ???, q foi com ele ,vc sabe

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  5. Ninguna reforma en Cuba va a lograr sacarlos del hueco. Es mucho tiempo el que han estado destruyendo todas las estructuras sociales y economicas y haciendolas dependientes del biberon ruso primero y ahora del bolivariano. Ni ir directo al capitalismo brutal los salvaria.
    Estas medidas son una curita en el brazo de un enfermo de cancer. Desgraciadamente el pueblo cubano esta en un atoyadero del que no puede salir y los que hipocritamente dicen querer salvarlos, solo estan tratando de ganar tiempo para ellos mismos.

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  6. Muy de acuerdo con la opinion del Observador.
    A largo de 50 años Cuba no ha podido transitar por ese centro balanceado que brinda la estabilidad economica y politica necesaria para construir una nacion prospera. Los cubanos hemos sido llevados, de la mano del “Lider”, por tortuosos recovecos que nos han puesto en la deplorable situacion en la que estamos, quizas porque hemos sido engañados por el discurso oficial y al final de la jornada el bienestar comun no era precisamente el objetivo, y si el control total del poder por una elite a cualquier precio.
    Un alto precio es el que esta pagando el pueblo cubano y que desgraciadamente ha empeñado el futuro de la isla a un larguisimo plazo.
    Triste realidad!

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