viernes, octubre 19

"¡Joder!", siempre en la boberia

LISBOA - Como dicen los españoles: "¡joder!". Que uno se va de vacaciones, piensa que las puede disfrutar tranquilamente y, de repente, se apean a uno con que Fidel Castro ha muerto o se está muriendo. Como si eso constituyera una novedad. Todos nos estamos muriendo desde que nacimos y es nuestro futuro inevitable. Yo debía haber sospechado que algo de esto iba a pasar cuando el día en que estaba embarcando para volar a Lisboa, un amigo me llamó a preguntar si sabía porqué Fidel Castro no había felicitado a Chávez por su victoria en las elecciones presidenciales del 7 de octubre. Lo que pienso del asunto, lo pienso desarrollar en otro post en unos días, junto al tema de la emigración, pero recuerdo haberle preguntado si la felicitación era obligatoria. Vamos a ver. Que yo sepa el jefe del Estado es Raúl Castro. Ése es el que tiene que felicitarlo públicamente, como sucedió, le dije al amigo mío. Y no le hice mas caso. Volando sobre el Atlántico caí en cuenta de como el asunto podría desarrollarse. "¿No me digas que ahora todo el mundo va a comenzar a especular que si al hombre le pasó algo?", me dije. Dicho y hecho. Desembarcando en Lisboa comenzó a sonar el celular. Que colegas y amigos querían saber que pasaba. Si sabia algo, si podía decirles algo. Una locura. Como si cuando eso sucediera, no nos fuéramos a enterar. Además, no entiendo el frenesí, como si esa muerte resolviera los problemas de los cubanos, le diera mejor vida a los jóvenes europeos o acabara con el hambre en el mundo. Lo cierto es que, la obsesión ha sido tan grande, que un asunto de veras importante para los cubanos, ha pasado a segundo plano: el fin de algunas restricciones de viajes. Eso si, es un tema peliagudo y los que quieren matar urgentemente a Fidel Castro lo saben, por eso se entretienen en esta bobería. Pero ya volveremos a estos temas. Por ahora, voy junto al Tejo a disgustar un buen pulpo. Ya les contaré.

1 comentario:

  1. Bueno, el argumento de que Raúl, como jefe de Estado, era quien tenía que felicitar a Chávez no me parece muy afortunado en el caso cubano. No son simplemente relaciones de Estado, por muy fecundas que sean, lo que está en juego. Otra cosa es que existían condiciones de sobra para el surgimiento de un rumor. Aunque a primera vista parezca nebuloso, sorprendente y extraño, cualquier rumor se guía por leyes muy precisas, y eso lo saben psicólogos sociales y sociólogos. Tres es la manipulación de los rumorees y el bajo nivel de la prensa del exilo, que se limita a repetir opiniones de un periodista amarillenta, que en primer lugar siempre ha fallado en sus predicciones sobre Chávez. (La versión anterior tenía una errata, por ello la eliminé.)

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