lunes, septiembre 8

SQUEEZE PLAY: Los crueles días de septiembre

Hoy comenzamos esta columna para hablar del béisbol de las Grandes Ligas en el mes más cruel para los 30 equipos contendientes por al menos un puesto en los play-off. Septiembre es el momento de las grandes decisiones: los encontronazos espectaculares, los juegos ganados con el último aliento, los batazos que se reclaman al pelotero estelar en la hora cero y las frustraciones de la mayoría que se quedará sin pasar a las series de octubre.

Si octubre es la cumbre de las Grandes Ligas, septiembre es la porfía final por escalarla. Los conocedores y los propios jugadores tienen una frase muy ilustrativa de lo que significa esta tensa carrera por la cima de llegar a los play-off: “No me digas lo que hiciste desde abril, dime dónde estás en septiembre...” Las fieras rugen en septiembre.

Cuando termina septiembre, son ocho equipos de ambas ligas (cuatro por la Nacional y cuatro por la Americana) los que habrán acaparado la gloria. Estar en la postemporada de las Grandes Ligas es una conquista casi celestial, que los equipos y sus seguidores disfrutan con frenesí de triunfadores (La Serie Mundial es ya una bendición de Dios y los Cachorros de Chicago tienen razones para creerlo desde 1908). Pero en las definiciones de septiembre quedan los sueños de jugadores y fanáticos que acariciaron hasta las últimas jornadas el paso a los juegos de octubre, pero no lo consiguieron.

Tal vez perdieron la oportunidad en el juego crucial por una errada estrategia del mánager o el colapso de un pelotero estrella a la hora buena. O tal vez quedaron al camino cuando las energías fallaron y los lunares de la nómina se hicieron sentir. Triunfar en septiembre no es sólo un asunto de presupuesto (y si no, vayan a preguntárselo a los alicaídos Yankees de Nueva York); es, sobre todo, un asunto de corazón, de agigantarse en el minuto clave y de mostrar gallardía en el béisbol. Que es lo que se está evaporando en este deporte en medio de un desmedido afán de mercantilismo y entradas incomprables para el ciudadano común.

Septiembre deja ver lo que es realmente cada equipo, no lo que creían ser en el papel a la altura de abril, cuando arrancó la temporada con 162 juegos. Septiembre es el verdadero espejo de las Grandes Ligas.

Cuando van quedando apenas 20 juegos para cerrar la temporada regular del 2008, hay ya varios equipos descartados del pasaje para octubre. Pero de los que quedan aún en la contienda con la confianza de poder ganarse un boleto a los play-off, habrá mucho que hablar en estos días de conteo regresivo.

En los próximos días, quizás esta misma semana si no ocurre un descalabro inesperado, los Angelinos de los Angeles se convertirán en el primer equipo clasificado para jugar en octubre. Es cuestión de puro trámite lo que los separa de ganar la División Oeste de la Liga Americana. Apunten a los Angelinos, que es hoy por hoy el equipo más completo y más cohesionado de todos los que juegan en Grandes Ligas.

En la División Central, los Medias Blancas de Chicago deben ganar el banderín, pero los Mellizos de Minnesota tienen demasiadas ganas de ganar y constituyen un escollo respetable. Los Indios de Cleveland tienen posibilidades matemáticas, pero para la tribu lo más atractivo será ver cuántas victorias alcanzará el zurdo Cliff Lee, que ya va por 21 y se vislumbra como el más fuerte candidato al Cy Young. De los Tigres de Detroit es mejor olvidar y pasar por alto que ciertos comentaristas los dieron para disputar la Serie Mundial de este año.

En la División Este figura a la cabeza el equipo con más cobaltos de esta temporada: los Rays de Tampa Bay. La otrora mona que vapuleaban sin compasión los conjuntos de la Americana, se ha burlado de los pronósticos a fuerza de juego de conjunto, coraje y determinación para ganar en situaciones adversas. Nadie podía decir que a estas alturas estuvieran con 85-56, su primera temporada ganadora en la historia de diez años de la franquicia. Tampa patinó este fin de semana y ojalá le quede gasolina suficiente para resistir la embestida del equipo favorito de la división, los Medias Rojas de Boston. De todas maneras, entre uno de los dos debe quedar el wild card (comodín de la Americana).

De los vergonzantes Yankees y de la Liga Nacional me ocuparé en la próxima, mientras disfruto de las vertiginosas crueldades que septiembre nos tiene reservadas hasta el final. La bola está viva y en juego.

Tristán de la Carpa
Miami

4 comentarios:

  1. Esta muy buena la idea, siempre y cuando no se limite a las grandes ligas ,sino que se hable y comente de la Serie Nacional Cubana. A mi en particular las Grandes Ligas ni fu ni fa. No me dicen nada. Sobre todo con esos jugadores grandotes y con fuerza descomunal a base de mucho esteroides. Dejenme con los flacos de alla que juegan a la pelota con el alma !

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  2. La Nacional empieza en septiembre y yo no voy a ver pelota hasta entonces, asi que me da lo mismo lo que pase con los Marlins. Deje de ver grandes ligas cuando el duke se fue de NY. Si bien la final de este año (con santiago barriendo) me revolvio un poco.

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  3. Yo soy Industrialista desde 1963 ,antes fui Habanista, asi que te imaginaras a que me supo la victoria de Santiago, pero esa es la pelota que a mi me gusta, la de aqui es mucho truco, muchas "vedettes" y poca alma corazon y vida. Asi que , hasta que no empiece la Nacional , no hay "baseball' que valga.PELOTA , la de nosotros !

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